En las tierras altas del este

La noche no fue mala. El Madrid goleó al Atleti. El Geta le pintó la idem al todopoderoso Barça. Era sábado y estábamos en Hohoe, en la región del Volta, en el corazón de la antigua Togolandia alemana, anexionada a la Costa del Oro británicaposteriormente, con la independencia, Ghana- después de la I Guerra Mundial.

Estaba allí, en un lugar remoto y en un bar cualquiera, viendo como el Pipita revolucionaba el derbi de mi ciudad, ante la mirada atenta de una concurrencia local –mayoritariamente antimadridista-, con una botella de cerveza negra equivalente a dos tercios entre los labios. África es una sorpresa constante.

Viajamos a conocer la tierra de los ewe, al este de Ghana, una minoría étnica asentada en esta zona, el sur de Togo y el oeste de Benín desde hace varios siglos. En total serán unos 3,5 millones de personas que se dedican mayoritariamente a la agricultura o a la pesca, y en menor medida  a tejer kentes –vistoso traje tradicional para las mujeres, a pesar de que algunos estudios sugieren que fueron los primeros en elaborarlos y mantienen una disputa con la minoría ashanti, del centro del país, por esta cuestión.

Después de un mes viviendo al nivel del mar, con una terrible humedad y un sol abrasador, se agradece pasear por otra región más verde, más fresca y más montañosa -sé que ustedes no llamarían montañas a estas colinas que no alcanzan los 900 metros-.

Tierras altas del este

El viaje empezó a primera hora, intercambiando tro-tros, hasta lograr un autobús directo de Sogakope a Ho, la capital de la región y primera parada de nuestro viaje. Es un lugar tranquilo y agradable, totalmente opuesto a Acra. El tráfico es constante pero muy poco denso, el nivel de ruido es inferior y se puede pasear por sus calles sin ser abordado.

Como es habitual, el autobús que nos llevaba no arrancó hasta que estuvo lleno: es decir, todos los asientos ocupados y todos los huecos del pasillo con su correspondiente persona. La espera fue de unas dos horas más otra adicional para cobrar los pasajes –en 2007, el gobierno arrebató cuatro ceros a la moneda con el fin de mejorar la economía, por lo que 10.000 cedis se convirtieron de repente en 1 y rescataron los peswas como céntimos. Hay mucha gente que todavía no se ha adaptado y se hacen verdaderos líos a la hora de cobrar. Entre esto y los bajos niveles de escolarización de las personas adultas, las cuentas rara vez cuadran, para mal o para bien-. Durante la espera, era peligroso abandonar el asiento, so pena de perderlo, y los sudores empezaron a dibujar círculos camachianos en mi camisa.

Aquí, ir sentado se defiende con la vida; lo que a uno le hace sentirse un egoísta. En Madrid, si en el metro ves a una persona mayor, a una embarazada o a una mujer con un niño, lo normal es levantarse y ceder el lugar. Aquí impera la ley de la selva. Sabes que te queda una larga jornada de viaje -seis horas por camino de cabras (y no es una metáfora)- y miras hacia otro lado. Para lavar mi conciencia, cargué un niño pequeño en brazos durante buena parte del trayecto, pero no me levanté… ni yo, ni nadie a mi alrededor. Justificaba mi comportamiento recordando el dicho popular: “allí donde fueras, haz lo que vieras”.

Un poco de historia colonial

Viajamos serpenteando la frontera con Togo, donde el francés de Elsa –qué pena no haber practicado más en Mesnil-Esnard– se confunde con el inglés de L. Pitson. Es curioso comprobar como las fronteras son sólo barreras administrativas. Los ewe se reparten en tres países y cruzan entre las montañas, o por el mar, sin preocuparse de llevar encima pasaporte alguno.

Esto es una circunstancia común en varios lugares de África y una consecuencia de la Conferencia de Berlín de 1885, cuando el continente fue repartido arbitrariamente, con escuadra y cartabón, por las potencias del momento: Reino Unido, Francia y Alemania, además de los zarpazos de Bélgica, Países Bajos y Portugal, entre otros.

España se quedó con el Sáhara Occidental -y ya saben cómo se desentendió después, en 1975, abandonando a su suerte a cientos de miles de personas que hoy sobreviven en el olvido, fuera de su tierra, en los campamentos de Tindouf (Argelia)– y Guinea Ecuatorial -donde la diplomacia silenciosa, ansiosa de petróleo, sigue dando la espalda a un pueblo sometido al régimen de terror de Obiang– y documentó la soberanía, entre otros territorios, de  la isla de Peregil, perdida y reconquistada en el último gobierno de Aznar por el ministro Trillo-.

Navegar el Volta

Durante el trayecto, cruzamos el Lago Volta, el embalse artificial más grande del mundo, con 8.502 km², es decir el 3,3% de la superficie nacional. Las informaciones sobre la navegabilidad de sus 520 km son confusas. Al parecer, opera un ferry que sale los lunes de la localidad de Akosombo, donde está construida una enorme presa que acumula las aguas del Volta negro y Volta blanco, y llega tres días después a Yeji, donde hay que esperar otra jornada para alcanzar la carretera que lleva a Tamale, la capital del norte, y ruta de acceso a Burkina Faso.

El ferry tiene en teoría tres camarotes –primera clase-, decenas de asientos –segunda clase– y bastante espacio para ir de pie –tercera clase-. Las informaciones son confusas porque otras fuentes advierten que el ferry no tiene por qué partir en lunes y puede hacerlo cualquier otro día si no tiene suficientes pasajeros y aseguran que la travesía puede ser más larga, si surge algún problema con los motores, algo bastante común.

Además, la reserva de camarotes o asientos no está garantizada si no se llega con antelación al momento de la partida del ferry, es decir, al menos un día antes. Incluso si uno llega con tiempo,  según dicen, los administradores de la línea tienen manga ancha para cambiar la clase del pasaje por un módico precio. Ya hemos sufrido estas mordidas en más de una ocasión…

Otras fuentes aseguran que la línea no circula en estos momentos, porque lo impide la actividad de una gran central hidroeléctrica que genera electricidad para toda la región. Con estas incertidumbres, espero que entiendan que todavía no hayamos afrontado esta travesía.

Cataratas y algo de selva

Lo que sí se puede visitar en la zona del Volta, y es recomendable, son las cascadas que nacen en estas colinas, en mitad de un frondoso y selvático paisaje. Una de ellas, Wli, está considerada la más alta de África Occidental por parte de las autoridades -aunque las guías de turismo lo ponen en duda-.

En cualquier caso, la catarata es atractiva, tiene una piscina natural y es lo más parecido a un SPA que hemos visto por aquí. Fue un gusto meterse dentro y sentir sobre los hombros cansados el agua que cae desde 40 metros.

Acudir con dos fisios a estos parajes tiene la ventaja de limitar los riesgos, proteger las cervicales y realizar estas incursiones en condiciones de cierta seguridad. Es curioso también que frente a nuestro paso prudente -y por qué no decirlo, un poco acobardado- uno veía cómo le adelantaban por babor y estribor hordas de adolescentes locales a la carrera, riéndose del miedo de los blancos. Al final, uno de ellos nos dio la mano y nos guió al estilo cangrejo para que tomáramos esta ducha natural…

PD. Esta es una zona agradable para vivir una experiencia con una familia ewe. El turismo comunitario está en pleno apogeo y hay algunos extranjeros promoviéndolo junto a organizaciones locales. Bob es un joven holandés que se dedica a ello. Es llamativo pero no hemos encontrado emprendedores españoles. Parece que nos sigue pesando más el terruño, la hipoteca o el miedo a descubrir otros horizontes. Miro con envidia cómo en otros países las universidades promueven estas experiencias, las empresas lo valoran y las familias animan a sus vástagos. En España, no ocurre, por lo que me siento un privilegiado, nuevamente, por hacer realidad este sueño. Es un lujo contar con el apoyo de mi familia -mi madre con 20 años menos se hubiera venido con nosotros-, compartirlo con la persona que quieres -hacer estos viajes en pareja ayuda a crecer y a conocerse mejor- y poder contarlo -saber que están ahí, leyéndome, empuja a seguir tecleando-.


24 comentarios on “En las tierras altas del este”

  1. María Paz Salido dice:

    Sí, compa. Te leemos. Sigue escribiendo.
    Un fuerte abrazo,
    María Paz.

    • ángel gonzalo dice:

      Gracias, Mari Paz, ahora mismo estoy en la sede de AI en Acra, tomándome el mejor café desde que llegamos, pensando en el 10 de diciembre y contando mis peripecias a los compas de aquí. Qué pasada. Mil gracias. Besotes mil

  2. Olatz dice:

    Hola Angel! Hoy estoy en casa trabajando, y me he pegado el lujo de leer dos post tuyos. Oye qué talento está peridiendo el periodismo, oculto detrás del comunicado-corsé de Amnistía Internacional. De verdad te lo digo. Leyendote me he transportado totalmente a Ghana. Y pienso seguir sacando algún rato para seguirte… Un besazo guapo, Olatz

    • ángel gonzalo dice:

      Qué ilusión, Olatz, saberte ahí. Mil gracias. La verdad es que la experiencia está resultando muy intensa… Y sí, mola quitarse el corsé del derecho internacional de vez en cuando y hablar como las personas… Un beso enorme… Al otro lado de la línea alguien del SI pregunta no sé qué de forced eviction…

  3. Elena dice:

    Es un placer leerte. Sigue contando, que así nos evadimos un poco de las miserias de por aquí! Muchos besos a los dos

    • ángel gonzalo dice:

      Un beso enorme… Te encantaría la presa de akosombo… Mañana es el farmers day, fiesta nacional, y nos vamos de puente, a explorar… Besos a los cuatro…

  4. César dice:

    Danos la dirección de ese tal Bob….Dan ganas de zambullirse.

    (PD: Acabo de leer un libro que levanta ampollas en las ong: Hombre blanco busca pobre negro… si lo lees dime qué te parece desde dentro de Africa…

    César

    • ángel gonzalo dice:

      Pues sí, sobre todo pensando en que ahora estaréis con la bufanda al cuello.

      Me temo que no podré leer el libro salvo qué haya alguna edición digital. Pero tiene muy buena pinta.

      Es todo tan diferente por aquí que sorprende que sea el mismo planeta. En Europa vivimos en una burbuja o en una botella de freixenet… Y esto es un grifo abierto, un torrente de cualquier cosa, a lo bestia: emociones, desgracias, alegrías… Todo muy intenso. Un abrazo leyendo the wire, pedazo de especial que se han marcado…

  5. Miriam Meda dice:

    Qué suerte lo de la parte de la familia!! No suele ser habitual… Yo no tengo esa suerte ni en la de sangre ni en la política, pero bueno al menos mi chico sí es 100% afín. Muchos besos!

    • Pues sí, es una suerte… pero también hay que trabajársela. Los padres, a veces, también necesitan ser “educados” por los hijos. Pertenecen a otra generación y es normal que tengan otras ideas y otros prejuicios. Pero si deseas algo mucho seguro que eres capaz de convencerlos para hacer lo que quieres. Al final, unos padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, aunque ellos piensen que a veces elegimos caminos equivocados.

      Un beso enorme y enhorabuena por el boletín FeSP, grande, Miriam, muy grande. Enséñales cómo se hace!!!

  6. Esther Ferrero dice:

    Me ha encantado eso de poder dejar los formalismos y hablar como las personas… siempre has hablado muy bien, con o sin corsés, porque lo haces todo con la misma mirada sorprendida del chaval que hacía radio con sus colegas. Genial periodista y activista.
    Te sigo… en el blog y en la radio, of course…
    Besos a los tres

    • Muchas Gracias Esther, por el apoyo y por el cariño, y por abrirnos una ventanita para que podamos contar como es esto. Es un gusto poder hablarte cada jueves, con o sin corsés. No sabes la ilusión que le hace a mi madre escucharme, ya sabes la magia que tiene la radio… ¡Se ha hecho una experta en Internet ella sola para bajarse los poadcasts!!

      Un besazo muy fuerte!!!

  7. Víctor dice:

    Hola pareja.

    Acabo de leer tus 3 ultimos posts, los tenía pendientes.
    Te escribo desde mi curro funcionaril, conociendo como se trabaja por aqui, puedo imaginar esa ineficacia y dejadez de funciones que atribuyes a la embajada.
    Es todo un placer leerte y que puedas acercarnos todas esas emociones de este modo.

    P.D. El martes, algunxs te vamos a echar de menos ¿con quien veremos el Madrid-Barça?

    Besos

    • Hola, compañero:

      Pues sí, el mal del funcionario está muy extendido por el mundo, aunque tú estás muy de vuelta…

      Jo, Víctor, esto es otro mundo, para lo bueno y para lo malo.

      El próximo Madrid-Barça no lo veremos juntos. Espero que no te den mucho el coñazo. Lo mismo les mojamos la oreja. Os mando un abrazo muy fuerte. Muchísimas gracias por estar ahí.

  8. Laura dice:

    Hola Angelito!
    Ya me he puesto al día con tus crónicas, gracias por acercarnos otros mundos, otras vidas y otras referencias. Y por contarnos qué tal os va.
    Cuidaos! Se os echa de menos
    Besos
    Laura

    • Hola, Laura. Qué ilusión «verte» por aquí.

      Muchas gracias. Os echamos mucho de menos. Como sabes, aquí cuesta un mundo hacer amigos de verdad. Las relaciones son complicadas, a veces, por el choque cultural y por las diferencias que existen. No es fácil salir a cenar o a tomar algo… miedito me da pensar con quién vamos a celebrar las navidades… Con lo bien que nos lo hemos montado en kchete… El otro día enseñé unas fotos tuyas en la nieve… Fliparon.

      Te mandamos un beso muy fuerte.

      Aquí haría falta una buena política medioambiental… pero, claro, la conciencia verde está supeditada a otras necesidades.

      Hasta pronto!!!

  9. Mamífero dice:

    Muy buenas crónicas Angel !!! Muy bien escritas y muy bien documentadas. ¡ Qué envidia !

    Respecto al fútbol, creo que el barcelonismo vende una imagen más abierta y cosmopolita que el madridismo. ¿será por eso que en el africa, tanto negra como subsahariana son más del barsa? Estaría bien que investigaras…..Ya lo hemos hablado en otras ocasiones, pero te pega mucho más ser del Atleti . ¡¡¡ Forza atleti !!!

    Tomo nota del libro recomendado por César «Hombre blanco busca pobre negro» -escrito por un antropólogo, y eso suena bien-, que junto con la crónica me sugieren otro título interesante para un futuro libro: «Mamífero blanco o negro busca asiento para viaje de más de 6 horas».
    Yo, y creo que Ángel, te recomendaríamos «El espejismo humanitario».

    Abrazos y besos para ti y Elena

    • Yo sólo veo mamíferos.

      Tienes razón. La imagen que proyecta el madridismo: imperialismo, chulería, prepotencia… son valores que me provocan vómito. El fútbol, como negocio, me repele. El florentinismo y lo que mueve, una vergüenza… ¿por qué soy del Madrid? Pues aquí, en África, porque el ocio está restringido a ver el fútbol o ir a la iglesia. Y tú y yo siempre nos hemos sentido más a gusto en los bares que en los templos. Sí, la imagen que proyecta el Barça es más humana, más humilde… aunque no me la trago mucho. Si hubiera podido elegir, sería del Atleti –aunque lo que representaba Gil también me daba grima-. En fin, de pequeño mamé el vikinguismo en casa y lo asumo, con toda su contradicción, y con la boca pequeña… pero lo asumo. El sábado seré feliz si ganamos al Barça. Y me engañaré a mí mismo viendo sólo fútbol y corriendo un estúpido velo sobre todo lo que representa este negocio. Para mí, ahora, es una buena excusa a la que agarrarme y un tema de conversación que me acerca a la gente de aquí, y que me hace sentir muy integrado. Hoy mismo, veré el Chelsea-Valencia con todo el interés del mundo. Y mañana miércoles jugaremos detrás de la iglesia un partido para emular a estos héroes, que no son más que millonarios en calzoncillos corriendo detrás de una pelotita…

      He buscado referencias sobre el libro que recomendaba César y me he encontrado con un reportaje en El País sobre el tema. No he tenido acceso al libro, claro, pero viene a decir que en 50 años de trabajo las ONG de cooperación no han logrado cambiar nada fundamental en ningún país, y eso ha provocado la reacción furibunda de ONG y expertos en la materia.

      Yo también recomiendo “El espejismo humanitario” y me parece que es importante abrir un debate en el mundo de la cooperación sobre esto, así como incluir indicadores reales sobre el impacto del trabajo de las ONG de cooperación sobre el terreno.

      Mi opinión, para no extenderme, es que hay ONG y cooperantes de todo tipo. Gente que trabaja bien, organizaciones que son buenas y gente que trabaja mal, yuppies de la cooperación y organizaciones que son muy paquetes. No deberíamos generalizar y si el libro no incluye ejemplos, ahí encontrarán sus críticos, el argumento para echarlo por tierra.

      Una de las recetas para combatir esto es la transparencia y la democracia interna, de la que muchas ONG hacen gala, y luego no se refleja en la realidad, por mucho que lo digan las memorias auditadas y las juntas directivas elegidas por sufragio.

      Es cierto que en estos años me he encontrado proyectos absurdos –lo comenté en un post-, ONG que dilapidaban recursos en tonterías –generalmente con buenas intenciones-, directivos de las mismas que aseguraban combatir la pobreza alojándose en hoteles de lujo… pero también es cierto que me he encontrado proyectos que realmente han mejorado la vida de las personas y personal humanitario que me ha enseñado mucho, y que ha contribuido a paliar muchas necesidades. A mí me basta para seguir dedicándome a esto aunque no me creo cualquier cosa… Como en el fútbol, también pongo mi cortinita para ser feliz.

      Mi experiencia es sólo personal y se basa en mis trabajos en los últimos quince años, como voluntario y como profesional, tanto en acción social en España, como en cooperación internacional y en denuncia de violaciones de derechos humanos. Hay de todo en este mundillo, como en cualquiera. Ni héroes ni villanos.

      Yo sí que creo que lo único que realmente va a cambiar una situación es la política. Y que lo mejor que podemos hacer es presionar a quien toma las decisiones, avergonzarles públicamente y hacer propuestas para el cambio. El resto, serán parches: algunos aliviarán heridas –y lo hacen-, pero no erradicarán la enfermedad.

      En cuanto a las emergencias humanitarias, ese es otro cantar. Ahí sí que creo que es necesaria la intervención de las ONG, al menos en un primer momento. Cuando hay un terremoto o una inundación, hay que meterse en el fango, y hacer política desde atrás.

      En cuanto a las campañas de las ONG, algunas, sobre todo en el pasado, me han dado vergüenza –y he participado en algunas-, y otras sí que han servido para sensibilizar a la gente… Hemos ido aprendiendo a medida que recorríamos el camino… Hemos pasado de la caridad a la justicia, de la foto del negrito llorando, a la comunidad votando en asamblea…

      En fin, que habría que abrir el debate, y hacerlo sin miedo, con visión crítica y desde dentro, a ser posible, aunque eso mine la confianza de algunos donantes. Es mejor tener menos, pero bien informados y fieles, que muchos que sólo quieren colgar la foto del negrito en el salón para mostrar lo solidarios que son… El debate se amplía también a la sociedad en su conjunto…

      Y sí, este mamífero busca asiento como loco, y es capaz de abrir los brazos y empujar a la entrada de un tro-tro… pero a mi lado siempre habrá hay un hueco para ti.

      Un abrazo y muchas gracias.

  10. ana sinmás dice:

    Y nosotros te agradecemos de corazón que sigas tecleando. Aquí seguimos, esperando ya a saber de vuestra última escapada. Un abrazo enorme

  11. Tesa dice:

    Hola, Angelito, disfruto mucho con tus crónicas. Me viene a la memoria un libro que a mí me encanta y con el que me he reído bastante «El antropólogo inocente».

    Creo que muchos tenemos una idea romántica de África, pero una vez en el terreno hay que olvidarse de todo lo aprendido y dejarse llevar con todos los sentidos alerta, adptarse y también defenderse ¿por qué no? Entiendo lo de no ceder el asiento, seis horas de pie…Uf.

    Qué bueno lo de la cascada con masaje… Mi espalda se ha puesto a gemir de envidia.

    Besos, guapo.

    • Hola, compañera:

      “El antropólogo inocente” fue el primer libro que leí cuando empecé a preparar este viaje. Lo considero imprescindible para empezar a entender África. Aunque el protagonista basa su experiencia en Camerún y su situación es mucho más precaria que la mía he encontrado un montón de paralelismos… Joder, sus anécdotas en los bancos, en la comunidad, en las ciudades… ¡son tan parecidas!

      Aquí la adaptación es dura a veces, el concepto del tiempo es muy diferente, los prejuicios forman parte de la mochila, la cultura es muy distinta, el clima es asfixiante… es difícil comportarse incluso en la mesa… ¿qué hacer cuando te dan de comer lo mejor que tienen pero te resulta imposible echártelo a la boca sin que te den arcadas?, ¿cómo dices que no de forma educada a una bebida que previamente han masticado con la boca y escupido para después molerla y que te presentan en un cuenco lleno de bichos?…

      Intentamos sobrevivir y aprender, y seguramente nos equivoquemos mucho. También es difícil acertar siempre y a veces uno mira por uno mismo. Creo que es instinto de supervivencia.

      Ser pobre no convierte a nadie en buena persona por arte de magia. Y ser rico tampoco le convierte a uno en un sinvergüenza…

      Esta experiencia ayuda a superarse, a conocerse, y deja un montón de enseñanzas… Desde luego creo que estamos creciendo. Y disfrutando. De vez en cuando nos damos un capricho para el cuerpo y asumimos todas nuestras contradicciones disfrutando de un buen lujo… que también los hay por aquí… y muy accesibles.

      Esto es muy recomendable.

      Muchos besos

      ángel

      PD. Comprendo a tu espalda… nos cuidamos tan poco…

  12. Pachi dice:

    Fascinante. Sigue escribiendo. Sigue, sigue…


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